Fernando (Manolo Solo) es un profesor de Geografía que disfruta creando sus propios mapas de forma manual. Un día, cuando regresa a casa, no encuentra a su mujer, con la que lleva conviviendo diez años. Su búsqueda y su denuncia ante la policía resultan infructuosas. Se da cuenta de que no sabe nada de ella, más allá de que nació en Serbia ,pero no sabe dónde, ni quienes eran sus padres o amigos. 

Profundamente deprimido decide marcharse a un pueblo de la costa portuguesa donde conoce a otro español que vagabundea sin asentarse en un lugar determinado. Miguel le explica que va a trabajar como jardinero en una quinta en el interior de Portugal. Por una serie de circunstancias Fernando acaba sustituyéndolo y adoptando la identidad de Miguel. 

En la quinta vive Amalia (María de Medeiros), la dueña, una mujer de mundo que un buen día decidió dedicarse a cuidar la finca que fue de su abuela. Solo la acompaña Rita, una joven que se dedica a la cocina y las labores de limpieza. Manuel (Fernando)  se verá absorbido por la tranquilidad y la belleza que se respira en el entorno. No hay agobios ni prisas y si la quietud y la templanza de las flores y el huerto. Olvida el agobio de la ciudad, pero antes de asentarse en la quinta vuelve a su piso en España y se encuentra con una sorpresa .